Me he pasado gran parte de mi
vida escuchando chorradas y creyéndolas. Ahora que me hago mayor no me creo
casi nada, estoy llegando a un punto de cinismo en el que no me reconozco. Y,
sin embargo, hacía mucho tiempo que no estaba tan cómoda conmigo misma. La culpabilidad que sentía al responder a personas
que me hacían daño por “no caer en el mismo error” ha desaparecido . Todo es cuestión de práctica. Empiezas un día respondiendo a un
tío que te llama fea en la discoteca porque le apartas las manos de tus
caderas. Se ha tomado la libertad de “aparcarlas” allí hasta que le parezca. Se las apartas
bruscamente, no se trata de ser amable cuando están violando tu espacio. y te responde eso tan manido de... “ no te
flipes, que no quiero nada contigo”. Mira, cabrón, tira pa’alante antes de que
te haga tragar el puto cubata. Me siento halagada de que no quieras nada
conmigo, gracias a Dios. Y le das una colleja de propina.
Continúas cuando un pavo que está metiendo ficha bastante rato
te invita a una birra pensando que algo
caerá y le dices “aunque me beba tu
birra, no voy a follar contigo”. Te invita igual, solo quiere charlar, bueno,
ya te lo he dicho. Bebes la Cerveza, pasas un rato charlando, intenta besarte y
cuando le vuelves a repetir lo mismo dice “Tienes que liberarte, aprender a
vivir, ser más feliz”. Mira tío, que no quiera acostarme contigo no me hace más esclava ni más amargada.Al contrario,
sería poco libre si cayera en el error de acostarme contigo”. Creí oír la
palabra “puta” por ahí.
Otro gran hit, es el familiar, léase.... "Lara, es que tienes que ser más
responsable. Tienes que ser menos egoísta y cuidar de tus padres, llamar a tus
abuelos, ser una mujer ejemplar, buscarte un trabajo fijo porque pronto querrás
comprarte una casa y ser madre". AJÁ, después de años de oír “lo que debería
hacer” y responder “tenemos puntos de
vista diferentes” o “bueno, eso depende de lo que cada uno quiera” y ver que no
funciona he optado por la respuesta “tienes coche, casa e hijos y no te
veo mucha más feliz que yo”.
Y qué decir de esos hombres maravilloso
y esas mujeres pizpiretas que son capaces de creer que el amor está en
regalar cosas por San Valentín, cambiarse de look para gustar al otro y lo
mejor... tragarse su mierda sin rechistar. Por supuesto, uno de sus soniquetes
son: A) Una infidelidad nunca la perdonaría (pero que te chupe la sangre, te
trate como a una basura y no te ayude en nada sí ) y B) Hay cosas que solo pueden
hacerse con el royo de una noche (ya, es hora de salir corriendo, cielo). Los estereotipos son muy malos, vale, pero no
tengo tiempo material para conocer a todo el mundo mundial. Así que me
aventuraré a decir que los del párrafo anterior son los mismos que acompañan a
su novia al cine para ver a un tarado
mental que es millonario, guapo y bastante capullo y que hace lo que le parece
con una chica más bien tímida. Por supuesto el rol de la mujer es ese, (domíname nene y llévame en helicóptero y
hazme ver que mi vida sin ti era una mierda) y el rol del hombre es el de Grey.
Oiga, perdone, pero si ese tío fuera feo ya le habrían denunciado. Y otra cosita, si queréis poneros cerdísimos
con vuestros churris mirad 9 Songs. De verdad, no os arrepentiréis.
La versión moderna de éstos es
también bastante de hostia con la mano abierta: Las tías son monogámicas por naturaleza ( se
hizo la luz y Darwin se rencarnó en ti, verdad?¿) y la mejor, sin duda
alguna... Es que es una chica de un polvo... (sé generoso y échale tres al
menos, campeón), creedme si os digo que lo normal es ser una chica-chico de una noche, lo normal no
es enamorarse cada mes. No, sería agotador.
Otra cosita que me tiene un poco
cabreada es “la inocencia fingida”. Esto ocurre mucho en Andorra, esperan de
ellos que sean unos gentleman que te comen la oreja para echar un polvo y
esperan de nosotras que seamos unas Rapunzels encantadas de escucharlo.
Cualquier ser humano puede echar un
polvo sin necesidad de justificarse. Y,
en este caso, especialmente las mujeres. Maravillosos todos los que dicen, sí que es ironía, yo es que si me lo ponen
difícil quiero más. NOTA MENTAL: A eso se le llama capricho. Querer tener algo que se resiste no es sinónimo de
que sea más bueno sino de que el que lo
desea lo es menos. Si a mi me gusta un Chico, suele ser porque hay algo que me
atrae inexorablemente hacia él. Que me lo ponga más difícil solo hará que sufra
y, acto seguido, que me canse porque estoy crecidita ya para esas mierdas. Mi
autoestima no es que sea gran cosa, pero es suficiente como para saber que
no quiero estar cerca de nadie que me vea como una camisa, un coche o un récord
que llene su autoestima. Quiero que me
vea como a una igual con la que quiere pasar un buen rato y compartirlo. Y no
me sentiré mal si no me llamas, cielo, aunque si lo haces también me gustará.
Digo aquí algunas de las que me dan rabia
aunque haya muchas más y estén en mi.
Imagino que eso es algo que les ocurre a muchos, o por lo menos conocerse y
saberse trae consecuencias para bien y para mal: Sí, soy una” badass” gruñona,según algunos, y seguro que habrá muchos que pensaran que es de “malfollada”
tener un discurso así. Lo que es malo, es no tener opción a la crítica. Lo que es malo es no tener una lista de cosas
que realmente te dan por el culo, eso significa que tragas con todo, my friend.
Lo que seguro, es malísimo, es que los que piensan todo eso tengan hijos, a
secas.
¿Lo bueno? Es que para saber lo
que te da rabia tienes que experimentarlo, tienes que echarle huevos y decir
qué pasa si me equivoco?¿ Nada chata, lo que pasas si no lo haces es la vida.